23 mayo 2008

El río era agua dulce

Un mirlo gorjea licuescencias
en mi ventana;
después picotea un insecto,
inmisericorde. 

Muertos los brotes
he buscado lluvia en el valle,
que derrame el color violeta
de las palabras
que dieron brillo a mis ojos. 

He encontrado membranas
que alguien caligrafía
y lanza al viento,
para que se adhieran al gozo de mi espíritu.

Y pienso, entonces,
que el río era agua dulce
antes que tu verbo
se disolviera,
insignificante,
en la corriente.

2 comentarios:

letrofilico dijo...

Hola... muy interesante tu espacio... buena poesía... te invito a leer algo de divagaciones incendiarias con pretenciones poéticas... lo cierto es que es la mera maquia muisca desde el enjambre bogotano.

Annabel dijo...

Gracias por venir.
Leeré tu blog.
Saludos.

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