15 septiembre 2008

Lactancia, relactar, parte de tu historia (para Aitana)






Yo llené vasijas transparentes con el orgullo de una vieja mujer de mi sangre
para colmar el don de la división celular
que como ser vivo
                                          recibiste.
En el hospital 
(suele pasar con partos y lactancias)
se torció la natural 
evolución de las cosas
por esos protocolos a medida de una urna.
                      Allí me vendaron los pechos
                      (como a una mujer que quiere ser un hombre)
                      accedí a tragar la fórmula
                      (que los hizo derramarse hacia un desagüe)
                      secándose aparentemente
las lágrimas encharcándome los pies.


Mientras,
sin yo saberlo (¡oh gracias!)
Madre Tierra se apiadaba de mí
armando con mis sales
un regalo de tozudez nutricia.


A los siete días volvimos a casa,
tú tan pequeña
demasiado separada de mi cuerpo
cosido en el vientre.
Quería volver a transfundirte, mi amor,
de mis adentros a los tuyos. 
Sin intermediarios
me ofrecía a tu boquita pedigüeña.
Fuiste agarrando los instintos. El primer indicio
de mi leche en tu labio
se fijó en la comisura de los míos,
aún puedes verlo en mi sonrisa, mi amor.

Yo llenaba vasijas transparentes, 
ofrecidas a ti, mi cosita divinidad,
mientras tu bisabuela materna,
tu tercera madre por vía láctea, decía que
mi leche era tan buena que le parecía de oveja,
haciéndome reír
(extremeña, añadía yo,
como era ella al cien por cien, como tú al veinticinco).




Aitana nació el 31/07/2001

18 comentarios:

josef dijo...

enhorabuena por el bebé! Un saludo!

Annabel dijo...

El bebé nació hace siete años. Gracias igualmente.

© José A. Socorro-Noray dijo...

¡Qué delicia de texto!

El bebé nace
todos los días.

Un beso

Anónimo dijo...

Las que hemos vivido la gozosa suerte de la maternidad andamos renaciendo con vosotras hoy.
(Efectivamente, aquellos versos eran para ti... pequeños elixires llenos de admiración.)
Un beso...

dijo...

que hermoso!!!!!
miles de abrazos!!!!

Annabel dijo...

Noray, este texto sí es una realidad (hay otros que son más imaginarios).
Un abrazo.

Sacra, mil gracias por venir y regalarme tu voz. Tengo preparada la entrada que me obsequiaste el sábado para ofrecerla aquí en breve. (Un poquito de vergüenza sí me va a dar pero es que es tan bonita...).

Enredada, un fuerte abrazo para ti también.

Queralt. dijo...

Annabel preciosa, mucho tiempo sin venir a verte, y qué de cosas tan bonitas has publicado desde entonces... me encanta leerte, es un placer suave, delicado, pausado...
Esta entrada es preciosa, tanto si el bebé está recién nacido como si ya ha aprobado primero de carrera, jejejeje
Aunque, si está basado en tu propia experiencia, aún es más emotivo, ¿no?
Bueno, me tengo que acostar ya pero no quería hacerlo sin venir a invitarte a mi nueva casa que, si te gusta, será la tuya también. He hecho una especie de descripción en mi space ( http://queralt7.spaces.live.com ) por si quieres leerlo pero, si acaso, te dejo la dirección: http://muchopanychocolate.blogspot.com
Espero que te divierta y pases un ratito ameno. Es algo diferente a lo que siempre he hecho.

Montones de besos de cerecitas y chocolate.

Queralt.

Annabel dijo...

Queralt ¡qué bien verte por aquí de nuevo!
Ya he visitado tu blog y me he llevado una oncita de chocolate...
Aquí seguirás teniendo las cerezas para cuando las eches de menos.
Por cierto cerezas y chocolate es una combinación estupenda, ¡y si no prueba el helado de ese sabor de Ben&Jerry's, jaja!

Besicos.

Rafael Pavón Reina dijo...

Bendita ternura... Aunque desde el otro extermo del universo, yo he vivido ese milagro dos veces: Julia y Raquel. Me he emocionado al leerlo, se saborea la tierra en sus palabras. La primera lluvia de otoño ha llegado a Sevilla y huele a tierra mojada, mejor encuadre para tus versos imposible. Un beso.

Annabel dijo...

Me llega el olor de la lluvia tierna a través de tus palabras. Un gusto verte por aquí, Rafael.

Merce dijo...

Hola Annabel!
Es una preciosidad.
Un abrazo

Sàlvia dijo...

Moltes, moltes felicitacions pel bebé! És fantàstic! No ho sabia, Annabel.
El poema preciós i la referència a la besàvia "Tu tercera madre por via láctea" m'ha fet eclatar un gran somriure.

Petons, petons,molts petons per a tú i el nadó (i polset màgic de lluna amb cançoneta i molta poesia)
Sàlvia

Annabel dijo...

Ai, Sàlvia quin embolic! El bebé és la meua filla Aitana que ja té set anys. És que el meu blog més que un quadern de bitàcora és un salt a esquerra i a dreta, amunt i avall... Tenia pendent escriure alguna cosa sobre la manera en què vaig viure la lactància, una experiència inoblidable en molts sentits.
Gràcies igualment, m'agrada que hages disfrutat i fins i tot somrist.
Un besot!

Merce, hola, només saludar-te a tu també. :)

un otro dijo...

Y yo que por ahora soy sólo testigo de esa magia. Y las veces que me dan ganas de tener unos pechos rebosantes de tibieza!

Annabel dijo...

Un otro... ¡te estaba esperando! :))) porque sé que ahora mismo estás criando una bebita y tienes puntos de vista muy parecidos (hasta donde yo conozco) a los míos sobre estos temas.
Tu comentario me ha hecho sonreir grande. Por lo menos déjanos a las mujeres el privilegio de alimentar a nuestros hijos con nuestros cuerpos, que bastantes desventajas tenemos en esta vida.
Un abrazo.

Leicia dijo...

Un bello milagro tu palabra.

Anónimo dijo...

Muchas gracias por la historia de la relactación que has dejado en nuestro blog. La naturaleza por suerte es sabia y nuestro cuerpo responde a los más íntimos deseos de nuestro ser. Besos

Anónimo dijo...

Muchas gracias por la historia de la relactación que has dejado en nuestro blog. La naturaleza por suerte es sabia y nuestro cuerpo responde a los más íntimos deseos de nuestro ser. Besos

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