18 enero 2010

me traigo la entrada desde malsinfin.blogspot.com


En el cementerio de Peraleda
cuatro de mis bisabuelos duermen
en sus tumbas de pobre
bajo tierra herrumbrosa
con curiosidad arrebaño
sus apellidos
decenas de veces
en los frontales de los nichos
fértil endogamia
desconocida para mí
desconocida para quienes
nacimos lejos
y desconvocados
Ilustración: Kim Amate



3 comentarios:

Unknown dijo...

Los misterios de las lapidas se bastan a sí mismo, hay tanto que desconocemos, tanto que suponemos, tanto que olvidamos… ¿Cuántos difuntos hay debajo de nuestros suelos, nuestra historia, nuestro pasado? Los secos anuncios de las tumbas, nombres, títulos, atributos, promesas, recuerdos, tantas cosas despiertan en nosotros el ánimo, agitando las dudas y miedos. ¿Quiénes somos? ¿Quiénes serán nuestros muertos? ¿Quiénes los muertos? Deberíamos visitar más seguido las tumbas de nuestros conocidos (y desconocidos) para rendir honor, culto, misericordia. Pocos llegan hasta allí.

Un abrazo fuerte. Como siempre un placer para la mente y los sentidos darse una vuelta por acá.

HologramaBlanco

alicia dijo...

Tu poema, ese pentagrama de palabras que suena de maravilla por el que me deslizo tres y hasta cuatro veces. Ese "desconvocados" del final sencillamente me encanta.

interpreta-sones dijo...

me encanta ese puño de piedra, alzándose desde lo profundo, a pesar de todo.

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