aterrizas en mi alféizar,
11 noviembre 2009
Meteorito connivente
Como un meteorito connivente
aterrizas en mi alféizar,
aterrizas en mi alféizar,
lloviendo chuzos de punta,
acertijos,
que yo juego,que tu juegas, a esquivar
para dar en el blanco de tus lentes
mirando que ya pierdes el tren
por quedarte dos minutos más
tendiendo hilos
hacia mi ventana.
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6 comentarios:
por muy connivente que fuera, no sé si conviene un meteorito!
un meteorito siempre genera curiosidad y sorpresa. además este sería pequeño, y cayó en el desierto así que no hubo que lamentar pérdidas.
te presto mi voz o mejor te la alquilo,tu decides que hacer con ella,solo la palabra que no daña y que no engaña es valida para este trato,mejor quedatela gratis,esta oferta es valida si la quieres solo para un rato.
Leí algunas de tus últimas entradas y me detengo en esta a comentar.
Las palabras que usas generan un increíble efecto: versos punzantes y metáforas bellas se funden sorpresivamente para decir cosas con claridad.
Me encantó, un beso.
Es posible identificarse tanto con las palabras que emergen aleatorias -- en la tenacidad de la aleatoridad incisiva-- que en un sueño vi a alguien que me catalogaba como meteorito y encima connivente ;-)
Luego al despertar, con algo más de conciencia sobre el retal onírico, sospesé: es tan cierto como que el meteorito derrocha (o desvía) su energia descanalizada, esto era un retrato justo del momento, como una radiografia del aliento óseo que se desfocaliza en su gesto poco perdurable,
Ahora bien: la palabra connivente en cada marco cultural trae y lleva matices semánticos particulares; en la tribu de los valencianos escrivividores estamos todos como "más-protestones-de-lo-necesario" desde que Miquel Bauçà sacó "Els estats de connivència": en ese libro dió saliva para lamer la herida de la identidad,
Es un poema exacto, muy ecuánime.
Leyéndote, he recordado -de pronto- aquella escena de una navaja cortando el ojo de una mujer. Ese contraste entre algunas de tus imágenes tan duras y el despliegue de ternura que haces en otras realmente me fascina.
De otro lado, soy de quienes han perdido algún que otro tren por seguir pendiende del hilo que me ataba a una ventana...
Un beso.
Carlos
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