08 diciembre 2008

Hielo fundido, lágrimas derramadas (fragmento 2)


Dudas ramificadas como árboles inmovilizaron mi voluntad durante un buen rato. Algo me decía que los seres de aquella isla eran algo más que lo que sus apariencias dictarían ordinariamente, Lechuza y Ardilla podrían estar planeando algo sobre el techo de mi casa-árbol, incluso los objetos podrían conservar el hálito de la vida subyacente a su materia prima: ¿y si las patas vetustas y leñosas de mi cama cobraran vida?, ¿serían mis piernas lo suficientemente ágiles para zafarse de su abrazo indeseable? En el instituto conseguí estar exenta de gimnasia para librarme de las carreras, así que mejor no imaginar la urgencia de una fuga por mis propios medios.
Seguí pensando en situaciones que me pusieran los pelos como escarpias y el estruendo de una tromba furiosa de lemmings me asaltó desde mis miedos más infantiles. Afortunadamente la altura a la que me hallaba me hacía sentirme a salvo de esa eventualidad.
Inmersa en el masoquismo de futuribles que podrían dejarme sin válvula respiratoria, recordé que al pie de la escalera que contorneaba el tronco de mi árbol yo había dejado la tarde anterior un enorme huevo de avestruz irisado, joya preciada donde las haya entre los de mi especie. Decidí que ya estaba bien de meditaciones sin trascendencia y bajé los nosecuántos metros de sequoia hasta vislumbrar la alhaja ovoide en su sitio.
-Claro que seguía allí, porque si no ¿cómo habrías leído la inscripción? La combinación única del rocío y luz de la isla la hizo visible.
-Sí, Ardilla, y decía: "La montaña se mantiene y, sobre ella, el fuego que funde el hielo".
-Sin embargo, Nerwen, sabes que al igual que yo lo único que planeaba era asistirte cuando lo necesitaras, hundiéndote en el océano de tus dudas tuviste un descuido que podría haber volatilizado la trayectoria prevista de los acontecimientos: estuviste a punto de leer la nota de Hepburn demasiado tarde.
-Así fue. Arrodillada ante la perla macrosómica empaticé con las miles de lágrimas de nácar derramadas y fue entonces cuando la nota cayó de mi bolsillo. Recordé que debía leerla, y allí estaba la lista de nombres. Subí con premura a mi refugio porque entendí que su lectura era una invocación, y no tardarían en llegar: la primera fue Nimue, la Dama del Lago, hada de una isla donde no existe ni invierno ni dolor. Se acercaba deslizándose sobre el humus de la tierra sin apenas rozarlo, dejando una tenue estela de fulgor en el camino. Casi al tiempo llegaron, todos desde puntos diferentes, Prometeo, Señor De la Vega, P.Chincoa, Marcela, Jorge, anónimo, Caminodelsur. Llegaron y se situaron en la forma exacta del círculo previsto.
-¿Justo antes de que el Sol alcanzara su cénit? ¿Alrededor de las lágrimas derramadas?
-Por supuesto, Ardilla fiel, para eso traje el huevo hasta aquí.


Imagen: Axel Hütte

(La cursiva tiene un enlace)

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Annabel,

muchas gracias por tu visita a mi blog y por las cosas tan bonitas que me dices :) Por supuesto que estaré encantada de prestarte las imágenes que quieras para tus poemas. Me gusta mucho cómo escribes, ehorabuena a ti también por tu blog.

Isabel Nadal

Andron dijo...

NO se simedejo sorprender o me sorprende que me agrade .... muy padre post

Skelter dijo...

Genial.
Muy bueno!

Juan Cairós dijo...

ésto necesita doble y triple lectura...Me encantaría saber cómo huele el sudor de tus ansias y de tus misterios...Me tienes desde hace tiempo, me gusta mucho cómo escribes.

Has nombrado a mi animal favorito, la Lechuza.
Me encantó este viaje de hielo y lágrimas.

Annabel dijo...

Isabel, suelo contactar con los ilustradores antes de publicar sus trabajos. Me alegra tener tu permiso para postear tus ilustraciones. No sé aún cuándo ni cómo pero lo haré.
Gracias y un abrazo. :)

Anaro, bienvenido. Vuelve cuando quieras.

Skelter, :) ¿lo disfrutaste? ¡estupendo! :)

Ay Juan, qué cosas me dices, jaja. A mí también me gusta leer tus comentarios tan originales.
Un beso.

Marcela dijo...

Espero que hayamos llegado a tiempo.
Muy bueno.
Besos.

SONIA FIDES dijo...

Gracias por la visita a Mademoiselle. Volveré tu blog me ha parecido altamente contagioso.

Saludos

Selerkála dijo...

Muchas gracias por visitar mi arbolillo de poesía...
Iré "ojeando y hojeando" tu blog poco a poco, tiene muy buena pinta.

¡Un abrazo!

Anónimo dijo...

Me gusta tu estilo, sigue en ello, me seguiré pasando por aquí..

Dulce dijo...

Prestándote mi voz, decirte que me llena de ilusión ver que se comparten mis intereses. Observando tu blog me quedo maravillada de tus palabras, yo no soy tan poética, será por mi forma tan "científica" de pensar. Hasta pronto

Dulce dijo...

Prestándote mi voz, decirte que me llena de ilusión ver que se comparten mis intereses. Observando tu blog me quedo maravillada de tus palabras, yo no soy tan poética, será por mi forma tan "científica" de pensar. Hasta pronto

Anónimo dijo...

Poco a poco la historia me ha ido atrapando, debes continuarla, no puedes dejarnos así, ahora tienes un compromiso...
Un besote.
Auxi.

Anónimo dijo...

Pàl·lids raigs de llum avançaven sobre les aigües compassats de so, de veu, la seua veu... La veu més musical i dolça mai escoltada per ningú i, tanmateix, alhora la més melancolica del món: la invocació d’una ondina a la Lluna.

―Quant temps portes vivint ací?
―Tres dies.
―I tornaràs ara a la teua casa?
―No, no puc tornar.
―Però l’hivern serà cada vegada més dur.
―No puc tornar.

Va llegir les preguntes que tenia en la seua ment, respirà fondo i mussità:

―Sóc amada per l’esperit d’aquest llac, aquest llac que comparteix el meu nom.


Besos d’aigua-mel.

Nimue.



Y así viajé por toda la tierra y fui un peregrino durante toda mi vida, solo, un extranjero en tierra extraña. Después Tú hiciste crecer en mí Tu arte por debajo del hálito de la terrible tormenta que ruge en mi interior.

(PARACELSO)

Annabel dijo...

Marcela, yo creo que sí. ;) Un beso.

Sonia, de nada. Espero que vuelvas, este contagio es inofensivo en realidad.

Selerkala, puedes deshojarlo todo porque inmediatamente brota de nuevo, ese es el juego. Un abrazo. ;)

Jordim, te recibiré encantada. Saludos.

Victoria, para la poesía siempre hay tiempo. Aquí estaremos cuando quieras venir.

Auxi, amiga, intentaré continuarla pero no soy yo quien elijo lo que escribo, ojalá. Besote grande.

Nimue, quina tristor no poder tornar a casa... com a neta i filla d'emigrants puc sentir eixe arrel tallat.
Pètals de flors.

Prometeo dijo...

Ya nos tienes en vilo, Annabel, además con alevosía y premeditación porque nos has implicado en tu fantasía y estamos esperando una señal para dar vida al ritual que haga surgir del huevo al ser que cobija.

En la forma exacta del círculo previsto; ¡hágase!

Un placer formar parte de tu historia y un placer leerte. No me escabullo lo que pasa es que me pillaste con el paso cambiado...

Besos.

Anónimo dijo...
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Señor De la Vega dijo...

Hoy regreso a la isla, donde la casa del árbol nos espera,
recibí un mensaje en una botella rota,
y parto desde la isla gloriosa donde no existe el fuego,
desde allí se extiende mi imperio de suspiros naranjas.
Recuerdo mis comienzos desde el agujero negro que me robo de casa,
cuando al cerrar los ojos, transformé mis fantasías en poder infinito.
Había surcado el globo en mi velero Triffanis,
robando a los banqueros y desfalcando a ricos,
había lanzado el ancla en mil injustos puertos, para impartir justicia.
Pero cuando estaba alegre, alguna mala nueva forzaba mi partida...
¿Será una nueva guerra? ¿más robo de derechos? ¿la muerte de más niños?...
Siempre le achaqué mi mala suerte, al gato polizonte;
pues este conseguía engancharse al casco, cuando le arrojaban al grito de:
¡Tiren por la borda al gato sin nombre!
Miaauuuuu, maullaba el infeliz asido con sus uñas a la aleta de popa
y aquel cocinero con olor a sardina, lo pescaba
y le ofrecía salvar la vida por cazar cuatro ratas.
Hoy cambiaré de táctica:
¡Tiren al cocinero mal oliente por la borda!
y ahora, ¡Arrojen al maldito gato!
¡Eleven anclas!

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