07 agosto 2008
Sara
Os he visto nada más llegar a Sara, a ti pelotari y a tu alter ego circunstancial. En el aparcamiento está la estela funeraria, junto al frontón de donde no debieron salir tus domingos. La Segunda Guerra fulminó tus lunas. Os miro y pienso: pelota por granada, potencia en el lanzamiento que te alejó de la sangre del otro lado, la fuerza de tu brazo glorificado en el juego desplazó unos metros más allá el dolor de las esquirlas. ¿Fuiste voluntario o te arrebataron como a tantos otros? (como a mi abuelo en la España del 36) ¿te rezaba una mujer en las alboradas, joven caído? ¿fueron tus hijos quienes promovieron tu recuerdo? ...
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4 comentarios:
Y yo me acerco a esa historia que no es la mía, pero con tus palabras empieza a serlo
Un otro, como siempre, me alegra verte por aquí.
Exquisito tu blog Annabel. Me servirá de guía en cosas que recién comienzo a descubrir.
Encantada de tu visita, Walter, y aún más de darte a conocer nuevas cosas. Vuelve cuando te plazca. :)
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